La honorabilidad del mapache tuerto
- Padre, padre. Tengo miedo -dijo nuestro pequeño amigo Akira entre sollozos-.
- No debes temer -arengó el orondo japonés con solemnidad-. Debes ser fuerte como un rinoceronte y honorable como un mapache tuerto*. Ahora saldrá Torres-chan a solucionarlo todo.
No debe resultarnos extraño que alguna conversación como la anterior (o incluso más absurda) se pudiese haber dado el pasado fin de semana en los hogares más entrañables del Tokio profundo. ¿El motivo? supongo que lo conocerán si han estado mínimamente atentos al "Planeta Pepino".
Pues bien, resulta que hasta un japonés del Tokio profundo, inculca unos valores a sus churumbeles de ojos rasgados. O al menos me gusta imaginarlo así.
Sin embargo, según se oyó en Hora Blanquiazul y posteriormente por tuits de Jaime del Campo, los prefectos mandatarios atléticos (o los dignérrimos deportistas del club) consideraron ofensivo recibir una cesta con pepinos que el Club Deportivo Leganés pretende entregar, como obsequio, a todos los equipos que visiten Butarque en esta temporada. No hay que ser muy espabilado para comprobar en el spot promocional de esta temporada que, lo que menos se pretende, es que nadie se sienta insultado.
Que levante la patita todo el que ha puesto cara de alegría al recibir unos calcetines cuando esperaba una modernísima consola japonesa. Al fondo de la sala, estoy viendo unos señores con camisetas rayadas rojiblancas que no han levantado nada.
Si yo pintase algo en ese club, me preocuparía más la incapacidad de meter gol a un recién ascendido y menos de si me regalan un cesto con pepinos o un idílico y moderno banderín de raso con ribete de ganchillo.
Dignos señores, prefectos seres de luz, hagan honor a su nombre y no vengan a imponer estupideces.
¡Sean mapaches tuertos!
*Cosas de orientales que me imagino así porque me hace ilusión.